En los paseos por los “Oroses”, era habitual verte allí, a la orilla de la carretera, siempre atada al sol y con una chabola a tus espaldas demasiado pequeña para tu tamaño y con el nombre de Lucas pintado.
Al igual que yo, mucha gente te había visto de pasada, pero nunca nos habíamos parado para mirarte.
Un día me tome unos minutos y me alarme al ver tu estado, extremadamente delgada, sin agua, sin comida, con garrapatas corriendo por doquier y sin una sombra donde protegerte ni un tejado donde guarecerte.
Te estuve observando durante un par de semanas, pasaban días y días y tú allí seguías, nadie lleno tu cubo de agua y ni sacio tu hambre.
Durante esos días fuimos un poco cómplices, te alegrabas cuando me veías porque sabias que ese día seguro que bebías y tranquilizabas tu estomago.
Tú te quedabas contenta y yo cada día me indignaba un poco mas de ver la dejadez que había hacía ti.
Nunca supe tu nombre, aunque yo te llamaba Lucas, al menos es lo que ponía en tu chabola de hojalata.
Un día intente ayudarte y fui a hablar con tu dueño. No pude hacer nada.
Al día siguiente, “habías desaparecido”.
Estés donde estés, espero que nunca más vuelvas a pasar penurias.
DENUNCIEMOS EL MALTRATO ANIMAL.
Silvia Maza
Al igual que yo, mucha gente te había visto de pasada, pero nunca nos habíamos parado para mirarte.
Un día me tome unos minutos y me alarme al ver tu estado, extremadamente delgada, sin agua, sin comida, con garrapatas corriendo por doquier y sin una sombra donde protegerte ni un tejado donde guarecerte.
Te estuve observando durante un par de semanas, pasaban días y días y tú allí seguías, nadie lleno tu cubo de agua y ni sacio tu hambre.
Durante esos días fuimos un poco cómplices, te alegrabas cuando me veías porque sabias que ese día seguro que bebías y tranquilizabas tu estomago.
Tú te quedabas contenta y yo cada día me indignaba un poco mas de ver la dejadez que había hacía ti.
Nunca supe tu nombre, aunque yo te llamaba Lucas, al menos es lo que ponía en tu chabola de hojalata.
Un día intente ayudarte y fui a hablar con tu dueño. No pude hacer nada.
Al día siguiente, “habías desaparecido”.
Estés donde estés, espero que nunca más vuelvas a pasar penurias.
DENUNCIEMOS EL MALTRATO ANIMAL.
Silvia Maza
Bien,es lo normal para esta senda que se recorre por primera vez.Sorprenderte de que no todo el mundo puede tener animales y que de la misma manera que hay subvenciones para las vacas por parte de la administración(que somos todos)y Europa, se han olvidado de subvencionar a los perros que cuidan del ganado o que simplemente se tienen para compañia o por moda en las "granjas de animales"...Sólo se exige seguimiento a la productividad sin más valor moral que lo que da supuestamente dinero. Los perros son los paganos,la versión agote de los animales:solos con oficio y sin decencia ni bienestar,en muchos casos...En la biblia después de todo el pradesh(paraíso) que nos ajardinó el altísimo a los cuatro vientos y en el principio(Génesis), el hombre se dedicó a poner nombre a los animales.No tenía otra cosa que hacer más que imitar al molde de su imagen y semejanza...Lo que nadie sabe es que el perro ya sabía de la caída en pecado del hombre y le esperaba fuera, en una de las puertas del edén...para acompañarle en sus tribulaciones el resto de sus días. Toge lege,lege et fidelitas...
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