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domingo, 2 de septiembre de 2012

UNA HISTORIA TRISTE

Hoy es un día muy triste. Negrullón o Braulio como lo llamaba Paco, ha muerto. Lo encontramos hace unos meses en la calle. Tenía una patita rota y se dejo coger. No debía de tener todavía tres meses. Era todo negro con la puntita de la cola blanca, y sumamente cariñoso, hablador y juguetón. Lo tuvimos en casa pensando que la patita se le curaría, pues aunque andaba a tres patas, no dejaba de correr y saltar. Después de tres o cuatro días, al ver que no mejoraba, lo llevamos a la clínica de Ruht en Escarrilla. Tenia fracturada la tibia, una rotura en pico de oca, según mostraban las radiografías.  Al día siguiente Patricia, Sehila y Raúl, del Centro Veterinario Huellas de Jaca, lo operaron. Tenía que llevar unos fijadores externos durante al menos un mes, hasta que le soldaran los huesecitos. Antes de llegar a casa ya había destrozado el collar isabelino que le pusieron para que no se quitara vendaje. Improvisamos un protector con un calcetín de rayas que llevo todo el mes hasta que le quitaron los clavos. Estaba muy gracioso con su patita tiesa. Durante este tiempo pasaba muchas horas en un trasportín de perros, para que no forzara la pata.
En las fiestas del pueblo, se asusto con los cohetes, y no sabemos como, sacó el cuerpo por un agujero, pero su patita quedo enganchada. No sabemos cuanto tiempo estuvo así, pero al rescatarlo, cogeaba más y estaba muy asustado. Estuvo tomando antinflamatorios unos cuantos días, pero devolvía y ya no estaba tan alegre. Pensamos que la medicación le provocaba los vómitos y se le suspendió. Faltaba poco para que le quitaran los clavos. Por aquellos días, encontramos dos gatos callejeros, León, así lo bautizaron en la clínica - un gatazo negro de 4 kilos, había sido atropellado, y Catalina, una gatita de dos meses estaba deshidratada y desnutrida. Los llevamos a casa y estuvieron durante días en una habitación dentro de sus transportins. Braulio notaba su presencia a través de la puerta, pues no le dejábamos entrar por temor a que cogiera algún virus. Llego el día de quitarle los clavos. La operación había sido un éxito, pero su patita había perdido toda la musculatura y había que ayudarle a recuperar su movilidad. Sin embargo, Braulio seguía triste, casi no comía y apenas jugaba. Pensamos que estaba celoso de los otros gatitos. Hace unos días devolvió y observamos lombrices en su vómito. Lo desparasitamos, pero no mejoraba. Tenía gastroenteritis. Iniciamos el tratamiento, pero ayer por la noche, nos dejo. Su ausencia  no sólo deja un vacío en la Casa.

De los tres gatos que durante este tiempo han compartido nuestras vidas, León tuvo que ser sacrificado,   Catalina sigue recuperándose y esperamos que pronto encuentre un hogar para no devolverla a la calle.

1 comentario:

  1. Vamos a tardar en acostumbrarnos a su ausencia porque ha dejado un gran vacio.
    Braulio era un gatito muy amoroso se hizo querer desde el primer día.
    Ha sido un golpe muy duro e inesperado.

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